En la Primera Guerra Mundial, junto a los hombres luchó un ejército de animales. Mulas, bueyes, perros, caballos, cerdos, palomas se utilizaron para mover unidades y materiales, comunicaciones y para el apoyo de las tropas. La convivencia forzada con hombres más cercanos entre sí en un posible destino de muerte y sufrimiento: los oficiales y los alistados tuvieron la oportunidad de dar y recibir afecto, pero también de lidiar con seres débiles y completamente dependientes de ellos. Animales en la Gran Guerra ofrece una historia poco convencional de conflicto dramático, a través de cartas, diarios y fotografías tomadas por los combatientes, y recogidas en el libro que Lucio Fabi ha derivado de su investigación, El buen soldado mula (ed. MURSIA). Un documental que reconstruye recuerdos, historias, episodios de relación de la vida real, dentro y fuera de la trinchera, entre humanos y animales, que incluye momentos increíbles de absoluta serenidad y ternura, alternando el trasfondo de uno de los períodos más trágicos de la historia moderna.